miércoles, 26 de diciembre de 2012

Bendita infancia


Extraño mi infancia cuando mis únicas preocupaciones eran: caminar sin pisar las rayas y colorear sin salirme de las líneas.
Siempre quise llegar a hacerme mayor para hacer todo lo que mis mayores hacían, pero ahora ya no la quiero, porque si un niño me hacía daño lloraba una hora y después cogía mi bici y salía a la calle a seguir jugando sin acordarme de aquel niño.
Porque si me caía me levantaba con fuerza y sin miedo, pero ahora cada golpe que me doi es mucho más fuerte y duradero.
Porque si tropezaba con una piedra que había en el camino, luego cuando volvía a aparecer aquella piedra la esquivaba, pero ahora tengo que aprender a volver a esquivarla.
Extraño aquella inocente niña que se vestía sin preocuparse por el qué dirán, por si me queda bien este traje o si mis pelos estaban bien…
Aquella niña que nunca más volverá, que decía todo aquello sin pensar en si al resto de la gente le hacía daño o no, aquella niña que actuaba sin pensar si en un futuro la podría hacer daño o no.
Extraño aquella vida en la que no teníamos que depender de la noche, y que ahora solo solos felices en la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario