Cuando una puerta se cierra, otra se abre.

La vida es una serie de puertas que se abren y se cierran.
Vamos de una habitación a otra y tenemos experiencias diferentes. A muchos nos gustaría cerrar algunas puertas que dan a viejas pautas negativas, a antiguos bloqueos, a cosas que ya no nos nutren ni nos sirven. Muchos estamos inmersos en el proceso de abrir puertas nuevas y de encontrar nuevas y maravillosas experiencias, a veces de aprendizaje y a veces de júbilo. Todo forma parte de la vida, y necesitamos saber que realmente estamos a salvo. No es más que cambio. Estamos en paz con nuestro propio ser interior.

·         Te lo he dicho con el viento, 
jugueteando como animalillo en la arena 
o iracundo como órgano impetuoso; 

Te lo he dicho con el sol, 
que dora desnudos cuerpos juveniles 
y sonríe en todas las cosas inocentes; 

Te lo he dicho con las nubes, 
frentes melancólicas que sostienen el cielo, 
tristezas fugitivas; 

Te lo he dicho con las plantas, 
leves criaturas transparentes 
que se cubren de rubor repentino; 

Te lo he dicho con el agua, 
vida luminosa que vela un fondo de sombra; 
te lo he dicho con el miedo, 
te lo he dicho con la alegría, 
con el hastío, con las terribles palabras. 

Pero así no me basta: 
más allá de la vida, 
quiero decírtelo con la muerte; 
más allá del amor, 
quiero decírtelo con el olvido.

Qué ruido tan triste-LUIS CERNUDA

Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman, 

parece como el viento que se mece en otoño 

sobre adolescentes mutilados, 

mientras las manos llueven, 

manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas, 

cataratas de manos que fueron un día 

flores en el jardín de un diminuto bolsillo.

Las flores son arena y los niños son hojas, 

y su leve ruido es amable al oído 

cuando ríen, cuando aman, cuando besan, 

cuando besan el fondo 

de un hombre joven y cansado 

porque antaño soñó mucho día y noche.

Mas los niños no saben, 

ni tampoco las manos llueven como dicen; 

así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños, 

invoca los bolsillos que abandonan arena, 

arena de las flores, 

para que un día decoren su semblante de muerto.

¿Cómo pasar página?

- No saber como olvidarse de los momentos dolorosos y del daño que han hecho algunas personas. No es cuestión de saber perdonar o no, es que volver una y otra vez sobre lo que no conviene recordar.
¿Hay alguna fórmula para olvidar de una vez?
-  Hay que pensar en que tú, y solamente tú, eres tu peor enemigo, y que si no decides cambiar de actitud, traer a tu mente lo que te ha dañado te pasará factura de todas las formas. El sentido del humor en estos casos es la mejor solución. El reírte de ti misma y recordarte que ya está bien de resolver los pensamientos negativos y las situaciones dolorosas que has vivido podría ayudarte. Del mismo modo que piensas que dañarte físicamente es una locura, no te perjudiques con los recuerdos. Cuéntale este problema a una amiga divertida y positiva que haga de terapeuta contigo, recordándote que sólo hay que pensar en lo bueno, lo demás, ¡a la papelera!

El miedo a depender del otro

Amar a otro es aceptar que nuestro deseo nos conduce a él, porque nos aporta lo que tenemos y queremos. Dependemos de la persona que amamos porque también dependemos de nuestros deseos, reconocerlos es tomar la vida en nuestras manos.
El psicoanalista J.S. Nasio dice: "El amado es aquel que me da alas y me las quiebra a la vez", refiriéndose a que el amado por ser otro diferente, es el más maravilloso excitante del deseo pero también el que nos limita. Podemos aceptar que dependemos de alguien cuando primero hemos construido una identidad firme y hemos sido libres para aceptar lo que deseamos. Solo desde la salud mentar nos podemos llegar a querer allí donde somo más vulnerables, allí donde somos más humanos.
El terreno en que nos sentimos más vulnerables es el amor. El miedo al compromiso amoroso proviene del temor a depender demasiado del otro, a no saber aceptar la independencia propia sin negar nuestra dependencia del otro, a no saber aceptar la independencia propia sin negras nuestra dependencia del otro. Y, sobre todo, a depender de deseos y miedos inconscientes que no conocemos pero que actúan en nosotros.

la palabra clave: Alexitimia

Se denomina así a la incapacidad de expresar con palabras los propios sentimientos. los alexitímicos son personas emocionalmente impasibles, parecen carecer de todo tipo de sentimientos, pero lo que les ocurre es que no pueden expresarlos. Se defienden contra cualquier tipo de emoción. Casi nunca lloran, y si lo hacen, se sorprenden a sí mismos y no asocian sus lágrimas a un dolor emocional. Cuando alguien les hace recapacitar sobre sus emociones, tratan de evitarlo y rehuyen los compromisos sentimentales. La salida que encuentran suele ser somatización: mientras le duele el cuerpo, la persona no se angustia.

La cara "B" de los piercings

El 70 % de las personas - lo que no quiere decir que todas - con pendientes en la boca han sufrido complicaciones. Fracturas, retracciones en las encías o acumulación de bacterias que derivan en halitosis, dolor, sangrado e infecciones. "Cuando la cantidad de bacterias es demasiado grande aparece una infección llamada sepsis, que causa síntomas graves", dice Francisco Javier Alández, director clínico de la Clínica Plénido en Madrid.

Este texto lo he sacado de una revista, es una realidad que nos puede pasar a cualquiera. Yo no estoy ni a favor ni en contra, a mi me gustan pero si algún día quiero hacerme uno me lo pensaré muy bien ya que si buscamos en Google o en cualquier buscador que hay en Internet vienen unas imágenes horribles de las infecciones. Antes de hacerte un piercing en la boca piensatelo  muy bien.